sábado, 13 de diciembre de 2008

La Galleria Borghese, Bernini y yo


Una de las primeras cosas que hicimos cuando por fin se perfiló nuestro viaje a Roma fue buscar museos en los que poder admirar in situ tantas y tantas obras estudiadas. Teniamos claro que no podia faltar la obligada visita al museo vaticano y al museo del capitolio (de los que hablaré en próximas publicaciones) pero enseguida surgió la posibilidad de ir a la Galleria Borghese. Este museo se encuentra en en norte de Roma, en una de las villas en las afueras de la gran ciudad. Hasta allí se puede llegar a través de una de las dos líneas de metro, posterior caminata entre un fabuloso jardin inglés. De repente vimos el edificio, señorial y sobrio; donde nada hace presagiar sus fabulosas estancias interiores. Creo que el precio de la entrada es escesivo(10.50 para estudiantes) pero sin duda merece la pena, además de la fabulosa decoración a base de frescos, ahí pudimos ver el algunas obras del gran artista del Barroco que hace que la objetividad que debo tener como futura historiadora del arte se desmorone: Bernini. No puedo evitar sentirme abrumada por todas y cada una de sus obras, su solidez, el tratamiento delicado y minucioso del mármol y sobre todo su forma de expresar los sentimientos. Ahí vi El rapto de Proserpina, su magnífico David y por supuesto a Apolo y Dafne. Todavía recuerdo cuando vi la escultura, allí, a lo lejos y me acerqué casi sin prestar atención a la Paulina Borguese de Canova.

El lugar donde se encuentra es sencillamente perfecto: bajo un gran fresco que narra tambien el mito de la escultura y donde no hay ninguna otra figura: solo Apolo y Dafne, unido por el irremediable destino de la mujer, que sufre al ver su destino. Recorrí una y otra vez su base, observando desde todos los puntos de vista el movimiento plasmado de forma magistral en unos palmos de mármol. 
Sin duda fue un sueño más cumplido, aquella escultura me había acompañado toda mi vida en los libros de texto y en los de arte que llegaban a mis manos y ahí la encontré, tan bella como siempre y tan real como nunca. 
Pero la Galleria Borghese no es solo escultura, es tambien una magnífica pinacoteca, donde cabería destacar obras de Caravaggio, Tiziano o Rafael, al lado de una muy interesante exposición temporal de Correggio.

Invito desde aquí a visitar este pequeño gran museo romano, que rebosa arte y que hace sus visitantes conozcan otra Roma, alejada de bullicios y aglomeraciones; es una forma de alejarse de lo "tradicional" pero al mismo tiempo sin salir de él.


1 comentario:

Duncan de Gross dijo...

Bernini es que...Uff, buenísimo, ¿Y quién dice que un historiador del arte debe ser objetivo?, yo lo soy y tengo mis preferencias eh?, jajaja